La optimización de recursos es fundamental para cualquier empresa que busque reducir costos y aumentar la eficiencia y la rentabilidad. Cuando los procesos ineficientes se apoderan de la operación, como actividades redundantes o reprocesos, el impacto se siente en los costos y en la satisfacción del cliente.
A continuación, le presentaremos un ejemplo curioso que ilustra esta realidad y le explicaremos cómo identificar estos procesos ineficientes y qué hacer para corregirlos.
Imagine comprar un par de zapatos nuevos y descubrir, al abrir la caja, que los dos zapatos son de tallas diferentes. Esta historia real le sucedió a una reconocida marca de calzado, que enfrentó una situación inusual: clientes en todo Brasil comenzaron a recibir pares de zapatos con tallas distintas.
Para resolver el problema, la empresa implementó una actividad que consumía tiempo y recursos: asignar empleados en cada línea de producción para verificar manualmente si los pares de zapatos coincidían en talla y enviar los pares desiguales a otro grupo de empleados encargados de encontrar sus correspondientes, los cuales luego eran reenviados para una nueva verificación.
Estas tareas, aunque «resolvían» el problema, no agregaban valor y generaban costos que se podrían haber evitado. La verdadera solución no consiste en corregir las consecuencias, sino en optimizar los recursos y eliminar la raíz del problema.
Según estudios de consultoras líderes como McKinsey & Company y Boston Consulting Group, entre el 60% y el 70% de las actividades en la manufactura, y entre el 30% y el 50% en el sector de servicios, no agregan valor. Esto incluye tareas como reprocesos, movimientos innecesarios y verificaciones redundantes, como en el caso de la fábrica de calzado.
Para eliminar estas actividades, se requiere un análisis detallado de los procesos operativos. Para ello, es esencial:
En el ejemplo de la empresa de calzado, en lugar de verificar manualmente los pares de zapatos, se podría haber investigado por qué las tallas se estaban mezclando y corregir la falla desde la raíz.
Cuando una organización adopta prácticas de optimización de recursos, los beneficios son claros:
En el caso de la empresa de calzado, la optimización eliminó diversas actividades improductivas, como la verificación manual y la separación de pares de zapatos. Además, redujo significativamente los costos asociados con el reproceso y los movimientos innecesarios.
El primer paso para optimizar los recursos es mapear los procesos existentes e identificar los cuellos de botella. Para ello:
En el gran desfile de la eficiencia corporativa, ¿prefiere caminar con confianza o tropezar con actividades improductivas? Ahora que conoce los beneficios de la optimización de recursos, es momento de actuar.
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