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Los empresarios y gestores deben tener amplios conocimientos sobre los indicadores útiles para evaluar el rendimiento de sus empresas. Entre estos conocimientos destaca el saber calcular los fondos propios.

A partir de estos datos, es posible comprobar información importante, como la capacidad de una organización para cumplir sus compromisos. Los indicadores también permiten hacer comparaciones entre dos o más empresas del mismo sector, lo que hace posible identificar a las más productivas entre ellas.

Por lo tanto, no es exagerado decir que es fundamental que los directivos y empresarios sepan cómo obtener los fondos propios de sus empresas. ¡Siga leyendo y descubra cómo realizar este cálculo!

Después de todo, ¿qué son los fondos propios?

Todo lo que su empresa posee es un activo, ¿verdad? Los equipos informáticos, la flota de vehículos, el saldo de la cuenta bancaria, las inversiones financieras, los bienes inmuebles, etc. Si por cualquier motivo decide cerrar su empresa, ¿podrían los activos de su empresa pagar sus deudas? El cálculo de los fondos propios nos da esa respuesta.

Lógicamente, ninguna empresa tiene como objetivo terminar sus actividades. Toda empresa funciona adquiriendo deudas que estimulan sus actividades, generando activos que pagan dichas deudas. Aun así, es muy importante conocer el resultado de este cálculo, ya que los fondos propios son un indicador de la salud financiera de la empresa.

Un patrimonio neto negativo puede sugerir a los socios que no es el momento adecuado para que la empresa realice inversiones, por ejemplo; en su lugar, la prioridad para ese periodo es invertir en estrategias destinadas a ahorrar recursos.

¿Cómo se calculan los fondos propios?

Los fondos propios son el resultado del siguiente cálculo: activo – pasivo. El activo se encuentra en el lado izquierdo del balance y representa todos los derechos que la empresa tiene que recibir.

A la derecha del balance se encuentra el pasivo, que revela los importes de las deudas y obligaciones de la empresa. Este cálculo incluye varias cantidades, como las nóminas de los empleados, las operaciones de financiación, los préstamos, los proveedores, etc.

Un balance que muestre la cantidad de 100.000 dólares como fondos propios indica que, si la empresa cerrara en ese momento, el empresario pagaría todas las deudas y aun así saldría del negocio con esa cantidad.

Dado que los fondos propios indican la salud financiera de la empresa, son uno de los factores que influyen en los bancos para conceder, o no, préstamos a la empresa. Esta sería una razón más para centrarse en un resultado positivo; después de todo, la empresa puede perder el acceso a las líneas de crédito si el resultado de los fondos propios es demasiado negativo. Esto puede poner en peligro su crecimiento.

Los proveedores también pueden replantearse la asociación si el balance indica que la empresa ya ha contraído muchas deudas. No es una regla, pero es posible. Los contables citan este cálculo como una de las informaciones de análisis cruciales al leer un balance.

¿Cómo controlar los fondos propios?

La mejor manera de observar con precisión la información sobre cualquier área de una empresa es tener acceso a sus estados financieros. La misma regla se aplica a los fondos propios. Es posible comprobar sus transacciones a través de un Estado de Cambios en los Fondos Propios, también conocido como SCSE.

El SCSE no es más que un informe elaborado a partir de todos los cambios realizados en los fondos propios de una empresa en un periodo de tiempo predeterminado.

El objetivo del informe es proporcionar información segura sobre la salud financiera de la empresa al gestor. A partir de ellos, pueden comprobar qué medidas deben adoptarse en el próximo ejercicio, e incluso evaluar si hay alguna acción de emergencia. Gracias a esta agilidad, los problemas pueden ser identificados y resueltos más fácilmente.

Teniendo en cuenta la importancia del estado financiero, es esencial prepararlo cuidadosamente para que pueda expresar claramente todas las entradas y salidas de capital en la tesorería de la empresa.

Dado que el estado de cambios en los fondos propios tiene como objetivo medir todos los cambios financieros que sufre, no hay que pasar por alto algunas informaciones en el momento de su elaboración. Entre ellas podemos mencionar:

¿Cómo demostrar la rentabilidad de una empresa?

Tan importante como saber calcular los fondos propios de una empresa es tener los conocimientos necesarios para evaluarlos y, a partir de ahí, comprobar si la empresa en cuestión ha tenido un rendimiento satisfactorio. Para ello, se recomienda utilizar el ROE (Return on Equity) para hacer una comprobación efectiva. ¡Infórmese al respecto!

Rendimiento de los fondos propios (ROE)

El ROE es una metodología creada con el fin de medir la rentabilidad de las empresas, en función de sus fondos propios. La idea que la sustenta es sencilla: se reduce a la premisa de que, cuanto menor sea el capital utilizado por una empresa para obtener beneficios, más eficiente será.

Por lo tanto, basándose en el ROE, es posible poner dos o más empresas una al lado de la otra y, mediante el método, definir cuál tiene la mejor rentabilidad sobre el capital. También es útil para que los directivos evalúen si sus organizaciones son realmente rentables.

Cómo calcular el ROE

El cálculo de la rentabilidad de los fondos propios es sencillo; calcula los ingresos netos de la empresa en su último ejercicio y los divide entre los fondos propios acumulados en el mismo periodo. Estos datos pueden verificarse en el balance de la entidad o calcularse teniendo en cuenta la media de sus últimos 12 meses.

Aunque la eficacia del ROE es evidente, no debe ser el único indicador que utilicen los empresarios o directivos a la hora de evaluar la empresa que dirigen. El uso de otros métodos y sistemas es fundamental para tener una visión realista de la empresa.

Además, el uso de la metodología para comparar empresas que operan en diferentes ámbitos puede afectar a la precisión con la que se presentan los datos. Esto se debe a que, dado que estas empresas operan en ámbitos diferentes, tendrán gastos y resultados distintos, lo que significa que no pueden evaluarse con las mismas métricas.

Al evaluar los fondos propios de una empresa, el directivo tiene acceso a un poderoso indicador de su situación financiera. Si la información es incorrecta o se interpreta mal, la organización en cuestión se enfrentará a problemas e incluso puede quebrar.

Teniendo en cuenta la importancia de estos datos, y el peso que tienen en la salud financiera de las empresas e instituciones, es obvio que deben ser observados con gran cuidado y atención.

¿Qué son las cuentas rectificativas de los fondos propios y cómo funcionan?

Comprender las cuentas rectificativas es tan importante como saber calcular los fondos propios. Son esenciales para que los accionistas tengan acceso a los datos correctos de una empresa, como el beneficio bruto.

Básicamente, son un grupo de cuentas que se utilizan para ajustar el saldo del mismo grupo de cuentas en el balance. Por lo tanto, en este punto, es importante saber cómo calcular los fondos propios. Estas cuentas pueden insertarse tanto en el pasivo como en el activo, o incluso directamente en los fondos propios de la organización.

Las cuentas rectificativas también se denominan comúnmente cuentas reductoras. Esto se debe a que afectan al saldo del grupo en el que se insertan, disminuyéndolo. En consecuencia, cuando el importe de esta cuenta aumenta, el importe total de donde se agrupa disminuye. A continuación, conozca las cuentas reductoras más recurrentes.

Provisión para cuentas de dudoso cobro (ADA)

Este modelo de cuenta se encuentra entre las cuentas rectificativas del activo corriente. Se refiere a la morosidad, que es muy común en las ventas pagadas a plazos. En este sentido, la ADA se creó con el objetivo de incluir este importe, que representa una costosa pérdida para los resultados de la empresa.

Así, se opone al campo de las cuentas por cobrar y, en base a su suma, es posible generar el saldo neto del activo corriente.

Amortización acumulada

Esta cuenta forma parte del inmovilizado de una empresa. Básicamente, su función es calcular la pérdida de valor de un bien, resultante del desgaste, la obsolescencia normal o la acción de la naturaleza. Suele incluir los bienes inmuebles y la maquinaria.

Por lo tanto, la depreciación es el registro de la pérdida de materiales de la organización. Sólo se produce en los activos clasificados en el inmovilizado material y en los activos de renta en los grupos de inversión o activos no corrientes.

Cuentas reductoras de activos

Para entender cómo se calculan los fondos propios, es importante conocer las cuentas reductoras del activo. Entre ellas están el capital a desembolsar y el duplicado descontado.

La primera incluye las cantidades que pagarán los socios de la empresa a la propia organización. La segunda -que es una cuenta reductora del pasivo- tiene un saldo acreedor. En consecuencia, el importe del duplicado pagado por el deudor se incluirá en el saldo de la empresa. Así, su incremento disminuye las cuentas de gastos de la empresa.

¿Cómo funcionan los ajustes de valoración de los fondos propios?

Este ajuste forma parte del grupo de cuentas que componen los fondos propios. Por lo tanto, es esencial entenderlo para saber cómo calcular los fondos propios de su empresa. Este ajuste se refiere al resultado de la valoración de los activos en comparación con su valor razonable.

Su objetivo es garantizar que la estipulación del valor razonable pueda producirse de forma que los elementos que impulsan la liquidación de la operación no interfieran en el resultado final del valor.

Por lo tanto, los ajustes de valoración del patrimonio neto son el resultado de la disminución o el aumento de los componentes del activo, o del pasivo, que no se añadieron al cálculo del ejercicio debido a la revalorización.

Una vez que entienda cómo calcular y controlar los fondos propios, qué son las cuentas rectificativas y cómo funcionan los ajustes de valoración de los fondos propios, es posible utilizar sus resultados para medir la salud financiera de su empresa. De este modo, te aseguras un futuro financiero seguro, ya que este cálculo muestra la situación real de una empresa. Además, es muy útil para planificar futuras inversiones.

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